viernes, 23 de diciembre de 2011

Barefoot en la playa de Las Teresitas

Mi primera experiencia con el barefoot ha sido extremadamente satisfactoria. He corrido durante cinco kilómetros por la arena de la santacrucera playa de Las Teresitas. Y a parte de sentir un esfuerzo extra por la presión y deslizamiento que se produce durante la pisada en la arena, no percibo un mayor riesgo en la práctica de esta variante deportiva. A mi entender, puede ser una valiosa herramienta para incluir en nuestros entrenamientos semanales.
La valoración que se pueda hacer como masaje estimulante de la planta del pie, a modo de terapia shiatsu, sería aún demasiado prematura. Aunque por el contrario, no encuentro en su defecto, ninguna razón para no recomendar su práctica.

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