miércoles, 4 de enero de 2012

Mirador de la Cruz del Carmen

El lugar más lejano al que llegues, es siempre la mitad del camino. Esta es una de mis máximas a la hora de entrenar, aunque también forma parte de mi vida. Siempre hay que mantener energía para poder volver, guardando unas reservas para utilizar en los acontecimientos que no se pueden prever. También aplico este pensamiento a mi comprensión de la vida como una serie de acontecimientos cíclicos. Y sobre todo, por mi filosofía de finalizar los ciclos que vivimos, sin dejar las cosas a medias. Jamás dejar un circulo sin cerrar al igual que una carrera. Por ello, mi obsesión por correr únicamente a lugares de los que puedo volver. Ayer corrí durante veintidós kilómetros en subida hasta el Mirador de la Cruz del Carmen. Los inevitables veintidós kilómetros de vuelta los realicé con esfuerzo, pero con éxito. Logré cerrar otro círculo.



1 comentario: