lunes, 6 de febrero de 2012

Nunca es fácil

Hay días en los que todo parece una carrera cuesta arriba. Las piernas pesan más de la cuenta. Nos falta el aire a cada paso. La mente te repite sin parar que te rindas. No encuentras razones que justifiquen tanto sacrificio. Puede coincidir que ese mismo día este lloviendo. El viento y el frío no te dan tregua ni un segundo. Dolores nuevos se suman a viejos conocidos que aún se hacen más irritantes. Consigues a duras penas terminar el entrenamiento que te habías propuesto. Las distancias son las marcadas, pero los tiempos son desastrosos. Se podría decir que ha sido el peor entrenamiento físico que has hecho nunca. Sin embargo, acabas de superar con éxito una de las pruebas más duras a las que un corredor se puede enfrentar. Durante tres horas tu cuerpo quería parar, pero has vencido al dolor, has ignorado a tu mente y has seguido corriendo hasta el final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario